El sí tras la Aspirina (Oggi si va in gita alla volgarità del sesso del nostro ritrobamento. Via Liberiana, verso le 4:00)

El sí tras la Aspirina.

Quiero meterte la lengua en el ojo, lamerte lo agudo, babosearte el cuello hasta que resbales. Revolucionarte la noche. Tocarte a lo bestia en medio de una discoteca. Provocarte agujetas en el culo y dolor de lengua. Hacerte gritar muy fuerte mi nombre. Escarbarte, arrancarte. Cantarte saetas, bailarte sobre los muslos un tema muy hardcore. Métete tan a dentro que descubramos cómo puedo llegar a ser aún más honda. Yo me meteré donde tú quieras y lo que tú quieras. Muéstrame tu exquisita educación comiéndome el coño como nunca. Píeme disculpas, pídeme que nunca pare de moverme. Oblígame a tranquilizarme, a quedarme quieta. Muérdeme el mundo, estrújamelo como me estrujas las tetas. Ódiame, siempre. Fóllame en la parada del bus o donde nos vean. Empápame de sílabas cortas, de monosílabos cuando te obligo a recurrir al burdo coloquialismo. Quiero sentir ese resquemor de nalgas, el fabuloso ruido de tus embestidas que son golpes secos como castigos. Una y otra vez hasta tatuarme el ombligo en mi espalda. Inventariemos todas las partes del cuerpo que somos capaces de hacer resbalar por nuestras bocas. Ábreme, oblígame a besarte lo que te apetezca: la autoestima, la nalga, la axila.  A respirar a través de la sábana. Príngame entera de saliva y de proteína. Pringarte a ti de todo lo que me acontezca. Déjame disfrutar de la explosión de tu placer en lo más profundo de mi boca. Tan a dentro que me quede afónica. Con la suavidad de tu tibio semen en mi boca, enloquezco.  Cómeme crudísima y blanda, hasta que toda yo escueza. Enséñame tu vocabulario más kinki, la filología más subversiva de tu barrio. El instinto del lagarto, la lengua pringosa de caracol. El pezón irritado por tanto roce. Tu verga bien roja. Córrete en mi espalda. Hazme agarrarme las tetas para que dejen de dolerme por la velocidad a la que se somete mi cuerpo. Tócate para mi, deja que te escuche y que te vea. Quiero ser tan voyeur contigo como tú lo eres conmigo. Retorcerme como un pez moribundo frente a ti cuando me vengo. Disfrutar de la convulsión de mi cuerpo mientras te arranco lis músculos del cuello.  Correrme los 100 m vallas contigo. 

Vivamos el cuento de los amantes desesperados que follan con desesperación en el asiento de atrás de un coche en pleno centro y la poli les multa. 

Me gustas tanto que haces que me gotee el cuerpo. 

Voy a hacerte gemir hasta asustar a los vecinos o a los lobos de los cuentos

Vas a soñar conmigo siempre. Hacemos porra?  

Aunque creo que esto de hablar a lo obsceno no es lo mío, no he acabado de conseguirlo, verdad? Se me da mejor vivirlo con brutalidad que expresarlo con obscenidad. Soy así de tierna. Bataille decía que era el erotismo la transgresión, no la obscenidad ni la vulgaridad. No hace falta estirarlo tanto.

Para el dolor  post coital, confío más en la cerveza que en el ibuprofeno. Tú mismo.