Busco. (Busco). Caigo y me levanto. Paso la página porque me quedo sin papel blanco. Pero como cada día soy más tímida -aunque parezca mentira-, me sonrojo y cierro el libro. Llegará el día, sé que llegará. Sin esperarlo. Como todo lo que espero todavía poder decir si me atrevo.
Todo lo que encuentro cuando abro los ojos y te tengo al lado. Sería difícil describirlo. Y callada observo tu nuca y tomo el sol desde la ventana. Te daría una paliza, te mataría a besos, te ahorcaría, y volvería a dormirme en el agujero que me dejas entre tu pecho y tus piernas y en el que me acurruco para embarazarte y darte tregua para que descanses. Te convertiría en muñequito de peluche -de los que se ponen encima de la cama sin razón aparente- si me gustasen esas tonterías románticas. Pero como soy gilipollas, preferiría atarme un pie a la cama, insultarte vestida de bailadora de tango y cantarte la Traviata con mi mal acento. Ordenarte que seas tú quien me maltrate, retozarme sobre tu barba con cada centímetro de mi cuerpo y llenarte la boca de misiles y margaritas.
Soy una cobarde. Y hablo mal el catalán porque se me cruza con el italiano. Espero que no te importe que cuente ovejitas cuando yo no puedo dormir y tú ya estás distruto. Mortaccia tua. Porque si las noches conmigo son duras ya sólo me queda morderte y arrancarte la piel haciéndote daño. Todo lo que encuentro. La Dulzura, el Interrogante. El Odio y la Intención. Y miles de sentimientos que empiezan a asustarme.
Lo que encuentro en los bolsillos tras un día de distracción. Un número de teléfono de cualquier desconocido al que le he seguido el rollo porque me apetecía. Monedas con las que no he podido comprar tabaco. Un tícket de compra de un cd que no se dónde he dejado, una etiqueta de una cerveza Estrella metamorfoseada en barquito de papel y 998 besos que alguien ha escrito en la popa, uno para cada uno de los pasajeros, mis 1000 caras, menos para dos de ellas porque están castigadas. He vuelto a dejarme el mechero entre el freno de mano y el cenicero.
Y de golpe me encuentro en una conversación extraña, entre canciones italianas que siempre han estado lejos y una Luz de Gas pretende alumbrar. Encuentro tus ojos ilusionados mirándome por el espejo, escondidos y me ilumino con la furia que emanan tus pupilas. Te encuentro cuando me dices que entiendes que pueda deshacerme de lo que creo porque hacerlo forma parte de su sentido, en esta sociedad en la que Marx dijo que ésa era la dolencia de la Humanidad Industrial: la alienación de dejar una parte de ti mismo en todo aquello que creas y que no vas a volver a ver. Pero yo me reencuentro con ello cuando lo recuerdas, por lo que entiendo que todo sirvió para algo. Y esa es la victoria que saboreo cuando vuelvo a abrir los ojos y te escucho suplicándome que tenga piedad del mundo -el que creé con mis manos y destrozo cuando a mi me apetece para martirizar a sus habitantes si se pasan de la ralla. Las manos rojas, las de Dios cuando él también reza, las manos que dibujan, acarician y roban-. Cuando la ola se lleva egoistamente las palabras que he escrito sobre la arena -como dijo un poeta-. Cuando sonrío si me reencuentro con ellas entre mi evolución, entre tus comparaciones, entre el escriba y la performance. Entre lo posible y lo imposible que me encuentro cuando enciendo una cámara y me dispara haciéndome daño sobre la melena, sangrando depilaciones, rastas y pelitos rizados muy cortos. Cuando destrozo la sintaxis o hago pedacitos una foto y la meto en un sobre que dejo en cualquier buzón de cualquier calle de cualquier ciudad.
Lo que encuentro cuando me faltas, cuando te echo de menos, cuando camino por las calles de este lugar y de muchos otros. Cuando me doy cuenta de que te beso la espalda y empiezo a darme cuenta del por qué. Lo que encuentro cuando no me hablas claro y cuando tiro la toalla y tú la recoges para secarme el sudor. O cuando vuelvo a ser yo .
Me encontré por casualidad con La Sonrisa y el Beso y la Razón se frotó las manos enardecida. Y tras esto, encontré el azar, me puso a prueba y a partir de ese momento colecciono puntos de sutura. Y reacciono fregando mi espalda contra tu pecho a cada caricia, será cierto que reacciono bien, o que algo me hace reaccionar de esta manera. Lo que encuentro cuando cierro la puerta y, tras el Adiós, me fumo un cigarro con la melena despeinada, los ojos enrojecidos y la piel postcoital sumamente pulcra y relajada. Lo que encuentro en el primer cajón de la cómoda: miles de poemas malos, calles desgastadas y trescientas mil notitas con frases que se me han ido ocurriendo pero no he tenido el valor para desarrollar. Y descargo la tarjeta de memoria y me quedo vacía. Es graciosa esa sensación. Y parece que no has hecho nada. 590 Kb que sólo tú entiendes y archivas. Lo que encuentro cuando soy ingenua, cuando se me ocultan datos, cuando todo ya pasa desapercibido y se vuelve poco importante. En la estantería del súper, en una biblioteca, en una base de datos y entre el inventario del fondo de un museo arqueológico de cualquier capital africana.
Encuentro. (Encuentro). Lo que encuentro cuando me ilusionas y me duele la cabeza porque ayer me pasé con la juerga. Será que era cierto que debí haberme ido a dormir contigo. Porque hoy de verdad que tengo sueño y añoranza, la que encuentro y me hizo ayer sonreír. La Busco (Busco). Sé que legará el día. Llegará. (Y lo encuentro).
*Lo que he encontrado en esa barriga y quiere salir por mi boca (los nervios, las hormonas, el asco). No puedo más. Voy a vomitar un rato, perdonadme.
ResponderEliminarBuen post. Largo? No, mujer. Seré breve. Espero que encuentres lo que deseas. Un beso. El día llegará... el que esperas y muchoas más.
ResponderEliminarAniquilados están. Soy como Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como. Tengo en la cabeza un cuadro de Goya: "Saturno devorando a sus hijos". Es que lo he revisto en el Prado otra vez y sigo con la misma puñetera sensación. Tengo que dejar de ir al Prado, verdad? Sobretodo cuando veo chorizos aceitosos a las 9 de la mañana como desayuno en un bar teniendo vómitos matutinos. Eso me ha hecho odiar (ODIAR)los embutidos alargados. Qué asco! (Asco)Ni Primperan ni nada!!!
ResponderEliminarSe que llegará el día, Jordicine. Lo intuyo y me reconforto con la sensación de que es posible. Puedes ser extenso, estos comentarios creo que no tienen límite! Porque habrá muchos más, de eso también estoy convencida.
Acepto los besos que hoy me hacen falta. Os importa?
Espero que ho hagis trobat... i que quan arribi aquest dia et sentis una miqueta millor i somriguis com sempre!!! Que hem de fer moltes coses encara, tonta!!!
ResponderEliminar(El de Sempre)