Cuando dicen que es hora de dormir encendemos cualquier juguete que se deba empujar durante mucho rato y no haga demasiado ruido. La máquina de tatuar plátanos, un vibrador, el motor de su moto de 1976 o algo a lo que dar la vuelta para no agobiarnos si la luz del sol no nos quita el frío y la vecina nos dice hola desde la ventana viéndonos desnudos y pegando botes sobre la cama. Pues Hola, le contestamos. Y eso que fuimos discretos y apenas suspiramos ni nos reímos. Marrano. Cochina. Y nos tapamos corriendo y con mucha vergüenza cerramos los ojos. Nunca me imaginé que el mono de mi letto desease que le cantase nanas. Cuando hay confianza todo empieza a dar asco. Cuando se confunden las canciones de Dire Straits con las de Extremoduro, da asco.
Te lo presto, está debajo de la cama. Pero sólo por unos días. Mi mono, mi letto.
Mi mono revoltoso sonríe si le hablo en italiano. Me deja sin manta cuando se retuerce, me busca si me separo asustada por la demostración de tanto cariño y me resfriega la galtona sobre el pecho murmurando algo. Y jugamos a convertirnos en gallifantes y me enfado porque me toca ser la gallina, no es justo, siempre soy yo la que tiene que sentirse culpable por ser la puta. Sul letto. El mono de mi letto, tan punky y tan tierno.
No, no avanzamos, esto no es serio. Yo ya no puedo ser parcial. Y por eso, últimamente, siempre duermo agarrándome a la cama y untada de crema anestésica, por si acaso. Con un amor correcto.
Managgia...
One little monkey jumping on the bed.
One fell off and broke his head.
Mama called the doctor and the doctor said,
"No more monkeys jumping on the bed!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
DIMMI TUTTO: Este es el agujerito desde el cual vuestras palabritas llegan y se quedan en el blog. Usadlo con sinceridad, sed creativos y respetad.
* Los mensajes irrespetuosos u obscenos serán eliminados .