martes, 2 de febrero de 2010

Volverán las oscuras golondrinas (Cara paura, cara paura)


Entre milagros, seres todopoderosos y libros de iconografía te sueles sentir como abandonada. Prefieres las copas. La vida así te parece más elocuente y tal vez, por qué no, poética. Muchos músicos dedicaron canciones a los lunes. El terror se renueva cada vez que se alza la cabeza y se declara finalizada la Época de los susurros. Cada vez que no sé qué decir o no me atrevo y pido con la mirada que se inventen lo que digo. Pero me da la mano, y yo le desato los zapatos, me enciendo un cigarro para calmarme y le llamo cariño cuando me visto.

Te reto 24, 25, 26 hasta llegar a 30. Menos dos, por si acaso te quiero tanto cuando estás tan cansado que me imanto a tu sobaco hecha un ovillo de melena y paso allí las horas muertas. El "te invito a echar la última en mi casa" es una excusa que ya no se lleva, porque viste pantalones negros la noche y siempre repite samarretas. Cualquier palabra puede servir para sentir los puñetazos más fuertes. Quisiera poder embalsamarlas para hacerlas eternas. Y me rompo. Y me avergüenzo.

Volverán las oscuras golondrinas.