miércoles, 25 de mayo de 2011

Entre A y B y blablabla ( Oh Ohhhhhh come dicono i vecchi)


El reencuentro cada vez es más irreverente y apretado, siempre apretado. Dejamos de ser libres y de ser imparciales hace tiempo, no sé precisar muy bien cuando. Supongo que cuando nos empezamos a perder en el eufemismo, más o menos por aquellas fechas. Sí, sí, todo eso está muy bien. Que si soy así, que si soy asá, que si el mundo capitalista nos ahoga, que si Catalonia is not Spain y que si blablabla. Más apretado. Cuando miramos desde la ventana subiéndonos los pantalones -como si la cosa no fuese con nosotros- la gran batalla entre todos los que esperan cosas concretas de ti y entre las cosas que tú te impones para sobrevivir. Silencio, dos días por semana, fines de semana no incluídos, porque eso sí que daría de qué hablar a las vecinas. Entre el soy y el no soy, entre lo que querrías ser y entre lo que la razón no te deja. A presión, alternativamente, teniendo en cuenta con quién te encuentres en el asiento trasero de un coche ese día. Y otra vez. Y otra. Entre la vergüenza de la madurez que nos ha llegado apretadamente y la inocencia estrecha de una sonrisa picarona (Entre A y B). En uno de esos días en los que desprecias todas las píldoras anticonceptivas que existen en el mercado y te importa poco si no has cambiado las sábanas. Sí, sí, en uno de esos días perdí la fe en la comunicación verbal y me volví así de muda.

Nos hacemos mayores para todo, no hay duda.