lunes, 22 de julio de 2024

Dalla (leucociti e fotoni)

 

Para culminar la noche, tú y yo ya no estamos en ese quién eres que ya se conoce. Nos volvemos a encontrar en ese recuerdo minúsculo que vibra y reluce, que se expone como en un relicario, que lubrica las más impensables imperfecciones y jamás se pierde.

Me cabe siempre en la arruga molecular o en el olor a mano usada para hacer milagros.

En esa bocacalle, un ángel ceroferario de preciosos ojos me salva del silencio del alba cuando nadie más puede, con las chispitas de su vela.

Ningún otro verbo ocupa su sacro espacio. Son recuerdos de mercurio, vibraciones musculares, antorchas encendidas que tintinean.

Siempre desde la puerta, le pido que pase y se quede y se deslice. Y me ensancho, le acomodo y alargo mis grutas y en ellas le dedico altares rojos que alumbro con luces estroboscópicas.

Culmina la noche desde el éxodo futurista de la luz que arremolina los fotones alrededor de las farolas y seguimos ahí, tan cerca y tan lejos, que ninguna reacción química puede avergonzarnos.

Y con la noche iluminada, con esa certeza del sí, con la veracidad de la bombilla encendida, cuando todos se callan, le adoro. Y lo hago desde la luz de neón, desde la sombra de los cuerpos maduros proyectándose hacia el vértice del triángulo, desde los puentes iluminados con destellos amarillos que unen a los viandantes y a su efervescencia.

Desde el fulgor de su nimbo, me invita a desafiar al Sol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DIMMI TUTTO: Este es el agujerito desde el cual vuestras palabritas llegan y se quedan en el blog. Usadlo con sinceridad, sed creativos y respetad.

* Los mensajes irrespetuosos u obscenos serán eliminados .