Para chillar, no necesito que me filmen las cámaras (Festivale Rosso, Via dei libertini e dei Tristi)

Festival de Cinema Eròtic de Barcelona (FICEB 2007).

Luces de colores en el techo. Parecen bailar al ritmo de los gemidos de tantas mujeres desnudas. No voy a decir que entienda esto, no pienso dejarme llevar por la emoción ni por la belleza de tantos cuerpos que saben interpretar tan bien este papel infantil de devoradoras de lo que sea. Lo veo todo rojo y confuso. Será la culpa del Martini que me he bebido en el camerino de una bailarina de nombre desconocido que con un dedo en sus labios y un insinuante schhhhh me pidió que entrara. Estoy ya un poco harta de tanta estrategia y tanta actuación. Empieza a darme asco. La he visto pena en sus ojos y en su tanga de vinilo, también rojo. Y me dijo que ansiaba el amor, como pensaba, no se puede tener todo cuando la dicha es dudosamente buena. Le hice una foto, y con ella la he dejado sonriendo. Bebí mi copa y me fui con las demás, cogida del brazo del Hombre de las Mangas verdes. Y les he visto a todos afirmando con la cabeza y en silencio. Oí la brisa y un suave aire me ha tirado del pelo hacia atrás, violentamente. -Enséñame que las mujeres de tu país aman el placer -me ha dicho, y claro, me he decepcionado, las cosas no se hacen así en mi vida, yo no sirvo para esto. Me ha sonreído, me ha dado un cachetazo en el culo -sabía yo que tenía que haberme puesto unos vaqueros esta noche- y se ha ido a follar al escenario con la rubia tetona llena de tattoos que creo que he visto alguna vez por la tele. Pero se que nada de esto es cierto, respiro artificialidad, oigo falso placer, saboreo la fingida pasión y el morbo más básico y menos escrupuloso. Tendría que estar contenta, no? No dicen que todo el mundo sueña con esto? No puedo concentrarme si no me deshago de este sabor a óxido que desde hace horas tengo en la boca. Son cuerpos oxidados, a que sí? por el sudor y por las lágrimas (de pena, de droga, de logro, de dolor...?). Y seguramente por múltiples eyaculaciones sobre sus pieles morenas de rayos Uva. Tanto, que los espíritus anónimos penetran en ellos y los hacen más grandes, volviéndoles universales a través del boca a boca, en todos los sentidos posibles, eróticos y retóricos que mi mente pueda imaginar. No me avergüenzo, en absoluto. Quizá yo también esté oxidada, pero en público escondo mis partes anaranjadas y mis agujeros, y elijo a los espíritus que quieran hacerse universales en mi alma, en mis óvulos y en mis palabras. No puedo dejar de compararme. Actúo como ellos, pero en diferentes escenarios y con diferentes soportes -corazas de palabras rítmicas, eufemismos y orgasmos callados que siempre se quedan en el aire-. Una mano que hace estremecer al mundo, un falo erecto que lo sonroja y señala con descaro, un consolador de colorines que divierte las soledades y pone la nota de distinción más fashion. Dobladores de gemidos e insultos que le ponen la banda sonora, muslos amoratados y muchas cremas retardantes. A las puertas del castillo de la dama. Retumban voces por todas partes y me consuelo con el relato, que es callado y lo uso como yo quiero y no esencialmente para retratar penetraciones asombrosas. Para chillar, no necesito que me filmen las cámaras.

El porno me pone triste. Más triste en directo. Al FICEB, lo siento, pero no vuelvo. 

También se me puede invitar al teatro, no?

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