A mi también me quema el matrimonio -le dije-. (Mi scusate, oggi non ci sto, sono al Paese lontano delle Riflessione guardando una web italiana)

Y, de repente, me sorprende con un himno nupcial. Ricominciamo, andiamo lontano come sconosciuti in una grande città... Estoy segura, yo lo vivo en mis carnes y en mis dos hogares. Quiero quiero quiero... ser una anormal, una andrógina, una desvergonzada. Quedarme sin casa (sin gasa), sin zapato y sin pamplinas. Con tu amor, sin el velo, con amor. Quedarme quieta, pasear durante más años por el Celio, esquivando los granitos de arroz . El onceavo mandamiento nos lo inventamos nosotros para suavizarlo.  Mio Signore... ma che dici? tu sei di un'altro mondo...!!! E noi di un'altra terra!

E vado da te e mi trobo cosí, come sempre che mi trobo da te. Sorridente, mistica, piena. È un piacere rimanere qui con te. Anche essendo poveri, fedeli e malfamati. Sposati nei giorni di lavoro. Come due anime in pena. 

Demasiadas emociones en tan pocas horas: abrazos, fotos, matrimonios ed un Ci vediamo prestíssimo a Roma, mia cara. Así da gusto ir para allá, qué más da que el compromiso escueza. 

Puede que ogni giorno sia un giorno d'amore, ogni luna una luna di miele, si no lo discuto. 


- A mí también me quema el matrimonio... (da igual en qué país o en qué lengua).

Y va el tío y lo entiende! Soy asquerosamente afortunada.