Me decepcioné al oir Rusiñol de Joan Manel Serrat, no era lo mismo. Yo siempre la recordaré más rápida, más aguda y con coros. Me resisto a cambiar mis recuerdos de esa canción desde que me llevaron a la Fundació la Caixa de Granollers, en EGB. Que vas a França... i que fa fred. Cullons quin fred. No puc amb el fred, m'amago entre cobrellits i sota un ponxo de la Pampa que algú em va regalar i que estimo molt de de fa algún temps. I per això em torno toveta, perquè el fred és més fred quan esdevenen calorosos els records i les cançonetes infantils de rossinyols t'asseguren que hi ha una possibilitat d'anar-se'n a França i sobreviure-hi... encara que les canti en Serrat. No, si us plau, aquesta cançó no la pot ser desinfaltilitzada i feta malbé justament pel Serrat.
No es cierto que yo idolatre la tristeza como él. Ni siquiera lo intento. Me he quedado sin chispa hasta para echar de menos. Parto de cero y me resigno porque puede ser hasta divertido todo este follón del paquí y pallá, del jamás tener casa. Y me voy a Roma de aquí a unos fines de semana para desenredar spaghetti en su plato porque no me atreveré a acariciarle más allá de las manos. Es duro ser tímido a veces, bueno, siempre. Es que todo es tan bonito que he decidido que siga siéndolo para que por fin se acabe como tenga que acabar. Deseo tanto el beso que ha dejado de apetecerme, deseo tanto el Bienvenido y el Alla Prossima que me muestro indiferente ante los Mi manchi; ya se nos pasará a todos esta absurda manía de alargar las cosas en el tiempo -imposible, ayer cuando me buscó para explicarme su felicidad me di cuenta de mi autoengaño: no puedo dejar de sonreír ante su cercanía-. Y me enojo, claro. O me pongo de acuerdo entre lo que quiero y lo que debo hacer o no dejaré de sentir este estado de tontismo hasta que efectivamente sea un espejismo all'amatriciana el padre de mis hijos-. Y me doy cuenta de que sus palabras de amor sentencian mis sentimientos de afectísimo libre y los acobardan.
Empezamos así, sin ataduras. Qué ha pasado? Me ruborizo, me hierve la sangre y quiero esconderme bajo su abrigo para que no me vea más así de decepcionada, de insegura o de expectante -chi lo sa!- y sentirle siempre cerca. Muy cerca. Tanto que parezca su mochila, su estómago ondulante, una prolongación de su miembro. Y así acabamos siempre. Qué bonito es compartir, verdad? Eso también me lo apunto en la agenda. Qué bonito es desear tanto que te importe una mierda que se quieran casar contigo. Qué bonito es querer tanto que te des licencia para aceptar que tu amor puede que no sea el único que necesite la persona a la que adoras, no?
La presión del "no se qué" me desespera. Por qué será? Cómo puede provocarme tanta ansiedad y desasosiego algo que no conozco. Y es que me desconsuelo por una sonrisa que siempre encuentro y que si me falta, pues no echo de menos aunque sé que es capaz de arrasarme enterita. Pero mientras tanto, en la selección de lo que guardo y rechazo, la saboreo sin desilusión ni añoranza. Se que es un buen paso. Quizá esté cogiendo las riendas de mi vida, o quizá quiera enderezarla y así descubrir qué significa todo este desbarajuste en ella, darle un espacio para que viva por aquí y amueblárselo con caballetes y lápices de colores y posar de vez en cuando para que me retrate siempre lujuriosa. Le pondría una estufa de leña, mesas de pino del siglo XVII y un portón azul. El llavero es cosa suya.
Es muy difícil el tránsito entre regalar tu afecto y disfrutar de tu pasión y ser amada hasta el resto de tus días como a la más amada de todas las mujeres de su vida. Es dificilísimo para mi aceptar que me quieran tanto y que no importe que yo necesite amar aún más que él, hasta explotar.
Pueden ser más que follamiguísimos aquellos que siempre están de paso en un lugar? Pueden asentarse juntos en algún lugar sin perder esa magia de las noches eternas de caricias y borracheras? Sabremos sobrevivir a mis días de regla? Al polvo sobre los muebles? A tener muebles? Sobreviviremos a la rutina de compartirnos siempre sobre la misma cama o a prestarnos los libros? Es posible hacer de Ningún Lugar un nido de reencuentro estable y eterno? Con él, que no se queja jamás cuando le hablo de ellos. Y rabia, porque yo aún no he decidido si ya por fin ha llegado el momento en el que deje de importarme que en cada lugar haya un sol diferente y muchas manos escriban muchos nombres cuando él ya tiene tan claro que quiere escribir él mismo y a mano nuestra biografía. Y espera curarlo ofreciéndome un hogar, un poco bohemio, vale, pero en definitiva, un hogar. Llego al "por qué no?", al "podría ser maravilloso" sin querer llegar al "quédate conmigo" bajo ningún concepto. Porque a veces estoy bien, otras estoy mal y a veces ni me lo planteo. De verdad hay alguna posibilidad de encontrar puntos intermedios que nos sirvan de consuelo a la realidad del cómo somos realmente y nos sirvan de unión? Pueden ser la unicidad, la accesibilidad o la idolatría mi salvezza o mi martirio? Lo serían para él? La haré daño? Podré con todo esto? Será capaz de ser feliz conmigo? Seré capaz de ayudarle?
Pueden ser más que follamiguísimos aquellos que siempre están de paso en un lugar? Pueden asentarse juntos en algún lugar sin perder esa magia de las noches eternas de caricias y borracheras? Sabremos sobrevivir a mis días de regla? Al polvo sobre los muebles? A tener muebles? Sobreviviremos a la rutina de compartirnos siempre sobre la misma cama o a prestarnos los libros? Es posible hacer de Ningún Lugar un nido de reencuentro estable y eterno? Con él, que no se queja jamás cuando le hablo de ellos. Y rabia, porque yo aún no he decidido si ya por fin ha llegado el momento en el que deje de importarme que en cada lugar haya un sol diferente y muchas manos escriban muchos nombres cuando él ya tiene tan claro que quiere escribir él mismo y a mano nuestra biografía. Y espera curarlo ofreciéndome un hogar, un poco bohemio, vale, pero en definitiva, un hogar. Llego al "por qué no?", al "podría ser maravilloso" sin querer llegar al "quédate conmigo" bajo ningún concepto. Porque a veces estoy bien, otras estoy mal y a veces ni me lo planteo. De verdad hay alguna posibilidad de encontrar puntos intermedios que nos sirvan de consuelo a la realidad del cómo somos realmente y nos sirvan de unión? Pueden ser la unicidad, la accesibilidad o la idolatría mi salvezza o mi martirio? Lo serían para él? La haré daño? Podré con todo esto? Será capaz de ser feliz conmigo? Seré capaz de ayudarle?
Y ya está, ya no duermo.
Estoy dispuesta a ser una emigrante con sede oficial como el rusiñol de la cançó?
No, no, pienso volver a escuchar a Serrat. Siempre igual con Serrat. A la mierda Serrat , me paso al Bella Ciao; decidido.
Esta semana, Roma, me va a devolver super tonta. Si vuelvo...
Mejor tatareo esta en el avión, verdad?
Hola, Yèssica. Estaba esperando otro post tuyo. Los dos anteriores son buenísimos. Tendrías que publicarlos en algún sitio, de verdad. Sólo dos comentarios sobre éste: Ser soñador a veces es bueno y la ansiedad a lo desconocido siempre es total. Al menos a mí me pasa. Un beso.
ResponderEliminarQuina cançó més bonica... se la tienes jurada a este hombre desde que fue a la Corrida de la Monumental, eh?
ResponderEliminarRossinyol que vas a França, rossinyol... encomana'm a la mare, rossinyol, d'un bell bocatge rossinyol, d'un vol...
Jo... sí que és maca sí... así cualquiera se pone tonto! jajajaja.