jueves, 17 de enero de 2008

Camino... -dime tú hacia dónde, yo tampoco me aclaro-. (Cammini interni, percorsi di qua o di la. Baci e abbracci. Via dei ritornati di piedi scuri)

Camino cansada por violetas caminos de gloria y petulancia. De seres abstractos. De bares en los márgenes. De personas oscuras que me regalan sentimientos. De Arte y Hielo. Por mis caminos sinceros. Cenizas que vuelan en el tiempo confundiéndose con el polvo que dejo a mi paso. Pasos tristes, pasos lentos... pasos.

Camino buscando un por qué y un per che cosa, una explicación que me de las respuestas al por qué yo no le veo diferente porque no lo es, la llave que abra mi puerta, el escondite y su pausa.

Días de invierno, con un minúsculo rayo de sol al frente al que sigo sin pensármelo. Se abre la veda. Reflexiono y me lanzo, soy curiosa. Nada puede ser tan terriblemente malo, no?. Camino soñando.

Camino recordando. A veces lloro. Hoy sonrío exultante, destapo mi pecho y les enseño a todas las tormentas que no me asustan sus truenos. Le abrazo y me fumo un cigarro, descansando, sobre su imperio. Porque caminando jamás olvido un camino. Y por mucho que me resista, estoy tan afuera como adentro.

Camino calmada, no tengo prisa. Anotando en una lista todo lo que tuve, todo lo que desapareció y todo lo que últimamente está apareciendo. Me dejo intimidar por Pasquino y por Dióscuros, saludo a Giordano Bruno con reverencias y a la Devessa le tiro un beso. Y les meto a todos en la maleta para sentirnos muy juntitos cuando viajo en avión. Camino con los puños apretados porque estas cosas y estas dudas siempre me han dado mucha rabbia. Un beso? Un nombre? Un lugar? Son imborrables: de aquí -que ya no se donde es porque mis pasos son más rápidos que mi agenda-, de allí -en qué punto estoy para hacer esta afirmación?-, de todos los lugares - con emoción-. Pasitos que desordenan, polvorientos, la confusión del mundo y de una misma persona. La despedida y el Bienvenido, constantemente. No quiero que te vayas.

A veces río, a veces lo comprendo. Incluso me siento feliz y se que lo he conseguido. Y es difícil, lo reconozco. Porque camino hasta al anochecer y en él me acurruco mientras me mece o me rasca la espalda la mano, la noche. Por las ciudades más antiguas. Por cuerpos -uno- que también son de noche. Por los instintos más puros.

Y camino cansada, exhausta tras ese esfuerzo violento y tierno. Echando de menos un paisaje cinco minutos después. Y vuelvo.

Tendré que aprender a vivir en este aquí te pillo aquí te mato.

Es duro, pero no me detengo. 

1 comentario:

  1. Hasta dónde? Hasta cuándo? Eso sólo lo sabes tú, Yessica. Me gusta eso de ser 'universal'. Yo también me siento así. Y odio a las personas oscuras, expliquen lo que expliquen. Y para buena oradora, tú. No hay otra mejor.

    ResponderEliminar

DIMMI TUTTO: Este es el agujerito desde el cual vuestras palabritas llegan y se quedan en el blog. Usadlo con sinceridad, sed creativos y respetad.

* Los mensajes irrespetuosos u obscenos serán eliminados .