Hay días en los que te apetece quedarte en silencio entre el desorden de papeles, post its y samarretas acumuladas sobre la silla. Y entretenerte rebuscándote entre las uñas cualquier resto de carboncillo de lápiz o gomina. Y muy elegantemente ataviada con tu ropa interior más casera, cruzar las piernas a lo Sharon Stone frente al espejo.
Cuando era adolescente y estaba triste, nos subíamos en el ciclomotor gris que hacía tanto ruído y dábamos vueltas a la Plaza, repetitivamente. Ocho nueve diez o las que hiciesen falta. Sin protestar por nada, ni por quedarnos sordos o por marearnos.
Se repiten los días en los que se te exalta el corazón cuando esperas a alguien y llaman al timbre con un ding dong muy corto, casi tímido, de los que no pretenden molestar, por si sobran. Los días en los que dormirías con cualquier amigo, tan sólo porque acertó la pregunta marrón del Trivial y ganó el quesito. .
Cuando llueve te vuelves más meticuloso contando ovejitas.
Has vuelto! Benvenuta!
ResponderEliminarYepa! Sembla que tens el blog abandonadet, eh? Falta de creastivitat? De temps? Les dues coses? Jo també estic igual, mancat d'inspiració i, últimament, de temps. Ara m'hi reposo a vore que surt...
ResponderEliminarUna abraçada, artista!