viernes, 20 de mayo de 2011

Pesimismo casual ( Vicolo di Santo Capello Decollato, di sera)


A mí me gustaría que todo sucediese como por casualidad. Encontrarnos en un parque, empezar quitándonos las zapatillas y que luego todo quedase en un secreto. Que pareciese todo tan rebuscado como para que ni aún diciendo la verdad, me creyesen por parecer irreal. Lo justo para sentirme sexualmente accesible. Estar a menos de un metro de todo y temblar, o defraudarme tanto, que necesite cortarme el pelo. Volver a esconderme por las calles intentando no ser vista cuando hay moros en la costa. Y caminar sin samarreta para que me devoren las moscas.

Tengo una libreta en la que apunto con exhaustivo rigor todas las diferencias que se me ocurren para diferenciar un mundo, el del medio y otro todavía más cómodo. Hoy no sé cuál es mi mundo, no bebo té, no me visto de blanco y a veces follaba en los lavabos de las discotecas. Será que se pasaron ya definitivamente para mí la adolescencia y la Era de empollar Diccionarios. No puedo ser parcial, mi madre achaca mi sexappeal a que de pequeña ella no me leía cuentos porque yo se los escribía a ella y no los podía interpretar porque no entendía mi letra . Todos los niños deberían haber tenido cuentos en su infancia. No debería haberlo consentido. Nadie puede crecer sin cuentos.

Mi pesimismo existencial me está devolviendo el color rojo a lo que me queda de melena y a veces hasta sueño con búhos y con bollos de leche.

Por eso he decidido forrarme los zapatos con hojas de menta. No pude hacerlo con laurel, se me pasó la temporada. Aunque me joda.

Llevo los bolsillos llenos, para ti, de cantimploras. Ya estoy harta de quedarme sin coleta cada vez que se te seca la garganta..

Los seres magnéticos centran su atracción justo en el centro del entrecejo. El día que te rete a decir las cosas sin exagerar y te atrevas, te quedarás sin palabras y yo sin vello. Y por cojones tendremos que echar una partida al Scrabble para poder comunicarnos. Está claro que por hondas no nos entendemos. Y yo ya empiezo a parecer un alienígena tras quedarme sin pestañas. 
Me gustas tú y tú y tú...

El día menos pensado, te dejo en la estacada. Lo prometo